lunes, 23 de noviembre de 2015

La ciudad y el Tata



La ciudad y el Tata




El trasporte público es un montón de historias que a veces se habitan y se escriben y otras veces se
van olvidando con el tiempo y con el paso de la vida de quien habita esa historia, Salvador Muñoz el Tata subió en su vida a miles de ruteras en su ciudad Juárez en ese suceder de historias armonizadas con su guitarra pasaron días en camas con la cintura rota, adicciones, amores como automóviles que va en una dirección hacia el vacío: paso con sus ojos por los ríos de sangre que dejó la violencia del 2006 y vio como la ciudad comenzaba a caer, como los bares comenzaron a cerrar, como un montón de jóvenes muertos se acumulaban la morgue, como se vieron interrumpidas miles de historias en la ciudad, como los centros de rehabilitaciones habían continuas masacres, como la pólvora comenzaba a bajar en los ojos de la gente, desde ahí el Tata tocaba la guitarra en el trasporte público, sobrevivió a esa parte de la historia que los políticos la llamaron “guerra contra el narco” esa es su historia como un icono de la música en esta ciudad Juárez, como una figura que no necesita un mural hecho con fondos públicos y elegido por un partido político para representar a una sociedad, la sociedad o una parte de ella donde me incluyo, elige al Tata como un icono de la música porque su vida es cercana a la del pueblo por sus contradicciones, por sus luchas y por pasar de la luz a la oscuridad: desde ahora el trasporte público es un suceder de historias que el Tata no armonizara, un montón de vacíos en mis ojos, una guitarra solo escuchada por la memoria, una guitarra abandonada debajo de un puente: la muerte es un abismo en los ojos de otro, un vacío que se une a otros, un montón de historias que
a veces se habitan y otras veces se escriben como esta y se irán borrando con el tiempo, hasta siempre Tata

Ruben Macias