Los siguientes poemas son un homenaje póstumo, a la memoria de un gran Maestro, Federico Ferro Gay (1926- 2006) por ese cariño que siempre nos mostró, gracias por la palabra, por la amistad.
La noche de Federico ferro gay
Carlos Macías Esparza
Era tarde casi noche, el sol se negaba a esconderse de detrás de las montanas
El olor a tortillas sobre el comal es un aroma que aun extraño, los frijoles hirviendo
sobre el fuego papa y sus historias yo y mi cerveza
Ya era noche y en medio de la gran modernización estaba mi casa de adobe a punto de derrumbarse
Si esa era una noche diferente lo podía sentir, ese canto de pájaros como un mensaje y las lagrimas de los cuervos que me volteaban a ver
Llego la noticia abrió la puerta como un ventarrón; a muerto un hombre
Entonces tome sus libros y leí sus dedicatorias, recordé sus consejos, sus regaños y me senté en el sofá, que mas da en el suelo y llore un poco y una nada
Sabía que había venido a despedirse a decirme; es una mentira, el hombre no muere, estaré en cada palabra en que se escriba el olvido
Acudí a verlo sobre el féretro, no pude ver su rostro se me doblaron las piernas, solo vi su fotografía, nos dijimos unas palabras y nos despedimos prometimos volver a vernos
Me marche siempre me voy huyo del dolor, lo deje atrás el me siguió, llore y me limpio las limpio las lagrimas, cantaron los pájaros en medio de la noche que traen cartas con una nueva dirección
2006
A Federico Ferro Gay
el sol desnudaba los arboles
se arrastraba en los cables de
electricidad junto al invierno
se que dentro de todo esto
hay una carta escrita
en las primeras líneas
alguien ha muerto
el alba se extiende
como si fuera
algo desconocido
la gente hace sonar los teléfonos
algunos dejan sus mensajes
otros cortan la llamada
antes de escuchar la contestadora
otros quieren saber si estoy triste
los amigos dejaron flores sobre el ataúd
de ese amigo que ha muerto
yo dejare palabras para que lo
cobijen debajo de la tierra
primero será su rostro
luego ese adiós
tatuado en mis manos
y mis ojos chocaran
y en la carne fría de su muerte
Rubén Macías
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ResponderEliminarGracias por eliminar la fotografía. Ars longa, vita brevis.
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