martes, 2 de enero de 2018

El hombre despiadado, breve cuento para niños


El hombre despiadado



Para los niños y niñas huérfanos por esta guerra atroz y despiadada
en contra de ellos.

Para Luis Xavier y Alejandra Macías.


Pocas veces tenemos el corazón en paz; pocas veces nuestro
corazón es tan confiado. Por eso cuando los hombres
tienen agua y trigo en su corazón, los pájaros se alegran,
cruzan aires, atraviesan las nubes, dejan limpias sus primaveras,
abandonan su pasajera comodidad de otros lugares
y llegan a ese sitio, a preservarse de toda la maldad y toda
la mentira.

José Revueltas/Las Cenizas
Parábola del Espantapájaros

Había unas ves un hombre muy despiadado que albergaba todo el odio del mundo. Odio palabra que nunca entenderán los niños, y que la entienden después de conocer al hombre y sus guerras. Bueno pues hay vivía ese horrendo mono, (con todo el respeto al mono) se la pasaba jugando solo con sus monitos, y soldados tenia muchos juguetes y muñecos tantos que caminaba sobre ellos, los niños no jugaban con el pues les daba miedo.

Del otro lado de su casa estaba otro niño el mas pobre del barrio, solo tenia para mal comer, sus padres lo dejaban solo, por hartas horas pues se iban a trabajar largas jornadas, con el jugaban los perros, los pájaros, algunas veces se le paraban en su cabecita alguna mariposa.

Aquel hombre golpeaba los perro, asustaba a los niños, nadie creía que fuese tan malo como se veía, así que un día el niño bueno se acerco a el, y le mostro una blanca paloma que traía entre sus manos, el niño bueno la puso en sus manos , aquel hombre fue disminuyendo de estatura asta quedar del tamaño de aquel niño, aquel hombre chaparrito por no decir un niño, regalo todos sus juguetes, su corazón se volvió noble tanto que decidió cambiar una parte de juguetes por maíz para las aves.

Así los niños de ese lugar lograron convivir en ciudad creada por ellos mismo lejos del coraje y el odio de los malos hombres, en esa parte del mundo los niños nunca crecían, los animales decidieron quedarse hay para toda la vida pues se sentían seguros de que nadie los iba a matar, los niños escribían poemas, y la primavera se instalo para siempre.

Cuando esos dos niños tuvieron que morir, en su honor se le puso a los dos gorriones sus nombres, para que se fueran a viajar a otros mundos, donde había guerras, hambre y todo lo que mata al ser humano y una ves ahí en ese mundo de horrores, llevar ese mensaje de ese otro mundo, donde todo el tiempo se es feliz, ese mundo alterno de la niñez.

Carlos Macias Esparza

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