miércoles, 24 de junio de 2015

Las y los indígenas, el sector olvidado de la sociedad.

Las y los indígenas, el sector olvidado
de la sociedad.

Jesús Fabio Ceballos Loya


Una mirada profunda, que sin palabras te cuestiona, semblante fijo que en duda pone, pasan los segundos, de largo pasa, aquella triste figura que constituyo al mestizo.


Salvaje intromisión aprovechada de la hospitalidad, con miras a obtener riquezas y en el nombre de dios se subyugo a las grandes culturas nativas de lo que hoy conocemos como América, acusándolas de bárbaras e irracionales se les exploto y en algunas partes, se les extermino.

Más de 500 años han pasado y el indígena sinónimo de burla es, desprecio, humillación, maltrato y dominación recae sobre milenarias culturas.

Devastación y exterminio, los ojos indios vieron pasar, exclusión y olvido sus ojos ven viviéndolo en su ser; a observar lo irracional y deshumano han aprendido nuestro hermano y hermana indígena. Esos ojos que grabados llevan el paso destructor de quien con dolo busca el bien personal.

A embriagarse, robar y engañar les enseño el interés ajeno a sus pasadas costumbres, el mestizo molesto se queja del indio que a su ver sólo vivir a expensas de los demás sabe hacer. ¿Qué oportunidades tienen?, ¿se respetan sus costumbres, modos y autonomía?, ¿qué hacemos por incluirlos en la igualdad, respeto, dignidad y tratarlos como seres humanos y humanas que son?
El indígena observa con recelo, su mirada furtiva introyecta odio, un odio que ha venido acumulando por años, producto de la violencia que sobre él y ella se han ejercido; unas voces dicen: el indio es cochino, pero no se ve en la cochinada de espacio que le dejan para vivir, el indio es irresponsable, y no toman en cuenta la irresponsabilidad tan grande de no reconocerles derechos básicos, el indio sólo sabe pedir limosnas, ¿pero cuántas oportunidades de trabajo tienen?

Además de sólo adornar las casas con la artesanía india, ¿cuántos toman en cuenta a los y las indígenas?, ¿cuántos les han dado la oportunidad de decir su palabra? y no tomando en cuenta el dejarlos hablar, solo para aparentar o para hacer caso omiso de lo que expresen.

Fuera del paternalismo y asistencialismo rapaz, necesitamos escuchar al indígena, aprender de el y ella, dejarnos de la lastima que solo les arroja unos pesos, para compartir sus sentimientos y entender su circunstancia.

Las diferentes culturas, idiomas y cosmovisiones distintas de ver el mundo, son las que nos hacen ricos como mexicanas y mexicanos, olvidar ese otro México indígena es dejar de lado nuestras raíces, es imposibilitar el progreso pues la mejora de este mundo radica en la convivencia de la totalidad de las mujeres y los hombres, sean mestizos o indígenas.

La construcción de un nuevo mundo verdaderamente libre, democrático y justo, no puede dejar de lado a ninguna mujer u hombre que sufra de opresión, lo haga consciente o no, no puede prescindir del sufrimiento y resistencia de grupos que se nieguen a la automatización de su ser; para lograr vivir en armonía con nuestr@s semejantes y la naturaleza, tenemos que librar una cruenta y larga batalla, al lado de todos y todas los olvidados, explotados, humillados y contra el capital neoliberal que por todos los medios busca la automatización de la humanidad al servicio de su deplorante, necesidad de ganancia.

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